Desesperados por encontrar algo sorprendente afuera, no solvidamos de la maravilla de lo que está adentro, queriendo conocer otros lugares, nos olvidamos de conocer nuestros propios terrenos, buscando la felicidad la desperdiciamos al ya tenerla, buscando a la pareja de vida, pocas veces llamamos a los que siempre han estado buscándonos. Así es la obra desnuda y terrenal de Carl Warner en el surrealismo. Más en www.somoselespectador.blogspot.com