Los barrios marginales de la Ciudad de Nueva Orleans dotaron de necesidades la niñez y juventud del músico Louis Armstrong pero no lo despojaron de su creatividad ni impidieron que se convirtiera en uno de los grandes trompetistas y cantantes de Jazz de todos los tiempos. El año 1917 fue de nerviosismo en su debut, en busca de la probación de otros en donde Louis quería que sintieran lo que a él tanto le gustaba y convencía. para los años cuarentas, todo estaba aclarado, al haber alcanzado los cuernos de la luna. Más en www.somoselespectador.blogspot.com