viernes, 13 de noviembre de 2015

DARIO VOLONTE VOLO DESDE ARGENTINA
































Mientras mamá Angela trabajaba en una fábrica, Darío estudiaba. Se ofreció como aprendiz en una tornería de la calle Tellier (hoy Lisandro de la Torre) y al otro día el overol que usaba para ir al colegio se transformó en su atuendo de trabajo. Aunque llegó a oficial tornero siguió buscando algo mejor pago. Un día acompañó a su mamá al Mercado de Liniers y leyó: "Joven argentino, si tienes entre 15 y 18 años...". Llamó, preguntó por el sueldo y en febrero del '79 entraba a estudiar en la Escuela de Mecánica de la Armada. La ESMA.

Cuando una mañana, tres años más tarde, le dijeron que tenía que tomarse un tren a Bahía Blanca porque "tomaron las Malvinas" pensó que lo estaban cargando. "Si tenías conciencia militar de la relación de fuerzas, te dabas cuenta de que con los ingleses no podías", explica. No era una broma. Apenas pudo llamar y pedir que le avisen a la operaria Angela que su hijo estaba en viaje a Puerto Belgrano. Menos de un mes después, cuando el agua se empeñaba en cubrir por completo la balsa, Volonté dice que pensó en ella: "Pobre mi vieja. Quedó viuda a los 28 y ahora se le muere el hijo", se dijo a sí mismo.
En 1996 la gente de Opera de Buenos Aires le propuso cantar Tosca en el teatro Broadway. Al año siguiente lo llevaron a Letonia para grabar una versión de El matrero, de Felipe Boero, que nunca se editó. El periplo le sirvió para saber cómo era cantar sin tener que trabajar de otra cosa. ¡Qué bien que viven los cantantes!, dice que pensó.

La decisión de probar suerte en Europa estaba tomada. Había un desafío artístico, pero no era el único. "Si no hubiera habido una motivación económica no lo hubiese hecho", se sincera. Además la opción de "hacer cola en el Colón" no lo seducía: "No me interesaba esperar que alguien decidiera si estaba para cantar o no".

Emprendió entonces una gira con una compañía rusa por Holanda y por Bélgica, cantando Il trovatore y Un ballo in maschera, que le sirvió para tomar confianza y hacerse ver. Un llamado desde Bologna le valió la oportunidad de reemplazar a Ignacio Encina en el Comunal de Trieste. "Ahí arrancó todo", así lo narró el tenor DARIO VOLONTE para un periódico de su natal argentina. Más en www.somoselespectador.blogspot.com