ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.-El gusto de escuchar música se reflejaba en las ventas de discos de la compañía RCAVictor, quien nunca perdió de vista la importancia del escuchar con el vender, y que al terminar su época de Oro del bolero con la llegada del rock and Roll supo adaptarse con un cambio de piel a RCA y luego a Ariola como máxima vendedora de discos de música en español. El rock and Roll nace como moda y luego como corriente de una nueva era generacional, sin embargo no tenía autenticidad latina, ya que los ídolos de ese género, adaptaban letras en covers sin tener un contenido inédito. Las grabaciones del grupo "Los Hermanos Castro" que fue fundado por Arturo Castro, no solamente introduce al disco a un panorama internacional sino también a una música fina y propia, ya que además de grabarse éxitos con repercusión internacional, Arturo se encargó de componer obras maestras originales. Quizá en la búsqueda de esa originalidad, nació el festival OTI para el apoyo comercial de nuevos compositores y la sustitución de los pentagramas clásicas con el pretexto de dar paso a la ola juvenil en la música moderna y comercial latinoamericana. De aquellas plumas de oro como Carrillo y Cri Cri, de los covers rockandroleros y de la fineza de los Hermanos Castro; pasamos a la vendimia discográfica de Cepillín, bajo el apoyo empresarial de Rogerio Azcárraga, con una plan estratégico al estilo RCA pero mexicanizado. En un principio fortaleciendo la ola de cantautores argentinos como Palito Ortega y King Clave que competían con sus paisanos Leonardo Favio y Leo Dan con el sello CBS. Pero después con enormes éxitos nacionales, gracias al talento de Mario Quintero, Lupita D´alessio y el antes mencionado, Ricardo González Cepillín, quien alcanzó ventas - en su corta pero abundante carrera como cantante infantil-, al propio Juan Gabriel, Rocío Dúrcal, Camilo Sesto que facturaban con RCA y luego Ariola, y a José José que después daría un repunte para romper récord; para lamento de Orfeón quien lo tuvo firmado a fines de los sesentas y no lo aprovechó. La lucha de disimulo y poder en el OTI dio paso a que pudieran respirar otras compañías de discos, incluso la creación de otras y en propiedad de la misma Televisa, en manos de Emilio primo de Rogerio Azcárraga. Después de la llegada de grupos juveniles masculinos,luego femeninos y luego mixtos, de la invasión del rock en español -principalmente de Argentina y España-, es que comenzó la visualización de la llegada de nuevas tecnologías, que comenzó con el disco láser y luego el CD, y la política del estado Profundo internacional con el fin de globalizar al mundo; no solamente acabó con el festival OTI, sino también con el mercado del disco cuyo aparador era la radio y los programas monopolizados de televisión, para así dar paso a lo que ahora conocemos como plataformas digitales, en donde el material musical es tan rápido de conseguir como también tan rápido de desaparecer ,sin dejar huella permanente en la memoria colectiva, salvo muy contadas excepciones, y dentro de esas excepciones se encuentran temas del viejo catálogo, en donde los amantes de la buena música y de los recuerdos musicales, buscan desesperadamente temas de Los Hermanos Castro y de Cepillín, a veces con fortuna y a veces sin conseguir el objetivo. En la segunda semana del mes de marzo del 2021, en plena pandemia del coronavirus y en la misma semana de cumplirse 51 años del nacimiento potencial del OTI, han fallecido dos personalidades del disco. Cada quien en su correspondiente etapa y diferente manera de visualizar la industria; pero ambos talentosos. Muere Arturo Castro y Muere Cepillín y quizá en esta misma semana, pueda estar por nacer quien resucite fórmulas de los genios de ayer , pero con otros esquemas y con otros métodos.Más en www.somoselespectador.blogspot.com