Aunque la distancia sea necesaria
no deja de ser ausencia,
no deja de ser cuchillo y cerradura
no deja de ser reloj y maleta.
No se si te habrás llevado en tu maleta pesada
los recuerdos de nuestra infancia
y tus inventos que hacían cuentos
tuyos pero que volvías míos.
No todo lo que dejas es malo,
ni todo lo que te llevas es bueno,
no supe hacer blanco lo que era negro,
ni hacer de la destrucción un bello florero.
En inteligencia y autosuficiencia,
no había ni siquiera partida,
a tu modo terminan las cosas
sin florero, sin rosas y sin compostura a mi vida.
A mas de cincuenta duele,
que será a más de ochenta,
el tiempo podrá arbitrar
lo que el cariño no pudo remediar
en la noche seca.