La corrupción, ineficacia operativa e ineptitud de gobierno imperan en la administración capitalina del Jefe de Gobierno Miguel Angel Mancera y ponen en peligro el patrimonio cultural, natural, económico, histórico y humano de la capital del país. La gestión del Doctor Mancera, comenzó correteando perros en la delegación Iztapala señalando que eran salvajes y asesinos y posteriormente se convirtió en homicida en primer grado de la vida nocturna del país. Como si no fuera suficiente haber roto los programas sociales encaminados para la capital, también exterminó el turismo social y se ha encargado de destruír monumentos que son patrimonios no sólo de la Ciudad sino también del país cuyos peritajes han señalado como alteraciones irreparables como es el caso de la estatua de Carlos IV mejor conocida como "El Caballito" misma que dejó como chocolate Carlos V y el caso del daño causado al hemiciclo a Juárez que presenta en sus columnas daños parecidos al caballito, que el gobierno mancerista ha tratado de ocultar. Respecto al patrimonio ecológico, el jefe de Gobierno ha estimulado según él, utilizar menos el automóvil y más la bicicleta, llegando a sus eventos en taxi y su gabinete en bicicleta como ejemplo de su uso, cuando por otro lado, Mancera ha saqueado al metro como transporte no contaminante, hasta llevarlo a la ruina y en donde se ha descubierto sus actos de disimulo, ya que unas calles antes de llegar a sus eventos, Mancera desciende de un automovil de gobierno o un helicóptero para después abordar el supuesto taxi que utiliza como medio de transporte. Por lo que hace al aspecto cultural, Mancera no ha cumplido con la promesa del estimulo que iba a realizar a las Artes y que tanto les prometió en campaña y ahora como gobernante a los compositores, cantantes y actores que le lambisconean sus actividades políticas mismas que siempre quedan en promesas como la promesa incumplida de no subir el transporte público en un acto de campaña en el Palacio de Minería, el cual por cierto, tiene secuestrado al igual que otros edificios históricos que en otras administraciones estaban abiertos para ser admirados por sus verdaderos propietarios que son los ciudadanos. El turismo extranjero que llega a la capital se encuentra con espacios culturales cerrados, otros que particulares han abandonado sin que el gobierno intervenga en acciones rescatistas y ni que decir de Plaza Garibaldi que vive en la oscuridad, la mugre y el vicio siendo que está considerada por el Mariachi, como Patrimonio de la humanidad. Ahora que el Jefe capitalino aspira a la candidatura por la presidencia del país, trata de maquillar y supuestamente componer sus errores del pasado para después volverlos a realizar en el futuro, pero ya no es digno de credibilidad y sí de ineficacia al grado de descuidar la integridad de diferentes especies que habitan en el zoológico de Chapultepec, en donde hace unas semanas, se provocó imprudentemente la muerte del gorila Bantú como antes ya habían muerto otros simios pero cuyos fallecimientos se tenían ocultos a la luz pública, como el caso de un chipance y un orangután. Sin embargo todo lo anterior quedará seguramente en la impunidad, ya que los partidos políticos, el gobierno ejecutivo federal y legislativo no harán nada al respecto, acostumbrados a intentar juzgar a los gobernadores cuando terminan sus funciones con simples escándalos y no con acciones legales en su período de gobierno y al momento de sus robos.