La belleza, sensualidad y arte de la venezolana Sandra Montoya y su ejecución en el violín, hacen que el espectador alcance el punto culminante de mayor excitación tanto en el alma como en las zonas erógenas llegando al más profundo climax ante la artista de los sensuales tatuajes y la obscura atractiva melena. Más en www.somoselespectador.blogspot.com