“Dicen que cada tiempo renacemos, que nos reencontramos y
reinventamos para volver a encajar en el
juego de la vida. La mayor virtud que podemos tener (en ese sentido), es
observarnos, agradecer lo vivido, perdonar los errores y aprender de ellos. No
somos personas perfectas, pero sí sabemos soñar, luchar por esos sueños e
impulsar a otros, entendimos el juego; así podemos saber que el camino vale la
pena y que la vida en cada etapa nos
reta a evolucionar porque el mundo es para fluir y sumar, para ser parte de lo que renace y
florece. La vida sigue y las alegrías, las medallas y cicatrices se llevan muy
dentro, eso es lo que nos hace humanos y guerreros de luz… es ahí donde nos
hermanamos. El premio está intrínseco en quienes llevamos o nos llevan también
en su corazón”. Por RWC
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