Sin buscar el aparador que le pudiera dar una ganancia
política y económica y sin deslumbrarse con lo sobrevaluado de industrias
cinematográficas extranjeras, el
cineasta Jorge Fons mostró su grandeza desde México, una grandeza que lastima
la presencia de los actuales cineastas mexicanos que consideran que la
consagración de obtiene junto con un premio publicitado en estados Unidos.Este
22 de septiembre, Jorge Fons, uno de los cineastas más reconocidos, respetados
e importantes de México, falleció a los 83 años y que se graduó en el Centro
Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM en 1996, e
inmediatamente comenzó a realizar cortometrajes y comerciales para la
televisión. Su primera participación como director fue con un episodio de la
película Trampas de amor (1968), filme galardonado con la Diosa de Plata. El
quelite (1969), Tú, yo, nosotros (1970), Los cachorros (1971) —adaptación de un
cuento de Mario Vargas Llosa— y Fe, esperanza y caridad (1972), fueron las
películas con las que comenzó a sobresalir dentro del cine nacional. “De su
filmografía destacan Claridad (1973) —considerado uno de los mejores trabajos
del cine mexicano— Los albañiles (1976, basada en la novela de Vicente Leñero)
—que lo hizo acreedor al Oso de Plata en Berlín— Rojo amanecer (1989) —Ariel
por Mejor Dirección— El Callejón de los Milagros (1994, basada en la novela del
Nobel egipcio Naguib Mahfuz) y El atentado (2010)”. Fue, además, presidente de
la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de México en los años dos mil,
y galardonado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas
Artes. Fte rec Más en www.somoselespectador.blogspot.com