martes, 19 de mayo de 2015

PICASSO SIN BARRERAS



















































































El niño Pablo Picasso iba a los toros, con su padre, en Málaga y en La Coruña. El primer torero que recuerda haber visto es Cara-Ancha, el mismo al que evoca Antonio Machado: «Este hombre del casino provinciano / que vió a Carancha recibir un día...» Para llevarle a la Plaza, su tío exigía que el niño Pablo hubiera comulgado. Años después, comenta el pintor: «¡Veinte veces hubiera ido a comulgar, para ir a los toros!»
En su primera obra conocida, retrata a un picador. (Siempre proclamará que eso es lo que él hubiera querido ser). Es el mismo tema de su primer aguafuerte, que titula «El Zurdo». Dice la tradición que tuvo que ponerle ese título porque no había calculado la inversión de la plancha... Lo primero que vende, ya en París, por cien francos, son tresescenas taurinas.
Presencia espectáculos taurinos en Céret (había invitado a Gertrude Stein), en Figueras, en Fréjus, en Barcelona. Le escribe a Apollinaire: «Iré el domingo a los toros con Picabia». Después de la guerra, en Arles, Nimes, Vallauris, Céret; con Michel Leiris, Cocteau. Bernard Buffet... Para celebrar su 80 cumpleaños, Luis Miguel le organiza una corrida, en Vallauris, en la que torean él y Domingo Ortega.
El tema taurino está presente en toda su obra: las naturalezas muertas cubistas; el gran telón para «El sombrero de tres picos y en las ilustraciones de la «Tauromaquia» que son realmente brillantes. Más en www.somoselespectador.blogspot.com