Sin duda que los roles, las costumbres, la vida y hasta los clichés van cambiando al pasar de los años. Antes, la mujer era un ama de casa dedicada 100 por ciento a su familia. Trabajar… ¡Imposible! No había otra responsabilidad mas que atender su hogar. Este retrato de familia ha perdido poco a poco fuerza por una serie de variables directas e indirectas al núcleo familiar. Uno de los factores más importantes que “pusieron” a la mujer a trabajar fue el Económico. En los últimos 10 años la mujer como Jefe de Familia ha incrementado en un 64 por ciento en México, lo que da como resultado que hoy en día 4 de cada 10 mujeres trabajen, 2 de cada 10 sean jefes de familia y 16 por ciento cumplan con las dos características. Una mujer que trabaja además de poder apoyar económicamente al hogar, vive su propia independencia económica. Hoy en día, 18 por ciento de las mujeres que trabajan (mayores de edad) cuentan con una tarjeta de Crédito. Pareciera usuarias de alto valor de los productos bancarios, ya que más de la mitad son buenas para administrar su dinero y no les gusta estar en deuda. La evolución y el cambio no se dan solamente en el aspecto económico, sino también en los estilos de vida y costumbres. Las mujeres se están casando a edades más avanzadas y se interesan más en su aspecto personal. Han alcanzado liderazgo y posiciones nunca antes vistas (actualmente hay dos mujeres gobernando países en Latinoamérica). Demandan igualdad entre hombres y mujeres para las tareas domésticas (más ellas que ellos). Y empiezan a ganar terreno en el consumo y uso de ciertas categorías que antes eran más dirigidas hacia los hombres. El hecho que una mujer sea independiente, emprendedora y parte del sustento del hogar, no quiere decir que se haya olvidado por completo de su familia. También, disfrutan estar con ella y les gusta consentirla. Estas y otras razones son las que están dando pie al nacimiento de targets pricográficos o comportamentales como “Mujer Alfa” y “Hombre Beta” que a su vez, detonan nuevas oportunidades y nichos de negocio que anunciantes y medios deben atender. Aunque siempre han existido, hoy en día contamos con productos financieros, teléfonos celulares, automóviles o incluso programas de televisión dirigidos totalmente a estas nuevas mujeres del siglo XXI. Las cuales, están y estarán en constante movimiento debido a factores externos, pero principalmente por su propia elección de seguir evolucionando.