jueves, 2 de junio de 2016

FELIPE CHAO SU TINTA A LO ANCHO









“Me atrevería a decir que, más que un escritor –señala Felipe Chao–, soy un artesano de la palabra. Agarras las palabras y empiezas a mezclarlas, a jugar con ellas y esto tiene una enorme ventaja: la libertad que puedes darte como artesano no te la das como escritor.”
Un contexto que retrata el autor en el historia es la interminable crisis económica en el mundo, así como el estado permanente de guerra. En la trama todo está a punto de reventar y de repente todo regresa a la normalidad y, otra vez, hay situaciones dramáticas.
A decir del entrevistado, resulta interesante desarrollar a través de la escritura la vida cotidiana, que puede abrumarte y en ocasiones se pierde de vista. La novela, aunque parece llena de ficciones literarias, buena parte está basada en sucesos actuales. “En la historia trato de mantener la emoción, el humor y la gracia cuando hablo de los personajes.
La realidad es tan fascinante y tan rica que sólo tienes que vivirla, andar por la calle y meterte en cada rincón que parezca atractivo, y sobre eso se tejen las historias ávidas y por haber; luego el trabajo consiste en darle una estructura narrativa que permite al lector tener una lectura agradable, apuntó.
La protagonista de la historia, Tatana, surgió de la lectura atenta de noticias en los medios de comunicación. Se trata de una mujer fascinante que puede trastocar el orden mundial, es un personaje con determinación y objetivos claros en su vida, es una mujer inteligente.
En La perfecta de las nalgas frías,Tatana es una table dancera de Hungría, enigmática, que traslada su cuerpo a través de la pista alentada por la sed de venganza, hacia un mundo que no sólo acabó con su madre, sino que aniquiló los ideales a cambio de las motivaciones más mezquinas del hombre.
“Ella encuentra –asevera el autor– justicia al dedicarse a actividades ilícitas en un mundo multidimensional. En la actualidad todos los días observamos una serie de dimensiones que enriquecen la existencia, pero las hemos hecho parte de la cotidianidad y comienzan a pasar inadvertidas.”
A lo largo de la historia, Felipe Chao hace alusión a los olores que guardan las ciudades, pues considera que a través del olfato el lector puede imaginar los diferentes lugares.

Juego mucho a qué huelen las ciudades para describirlas y narrarlas. Creo que hemos descuidado mucho el sentido del olfato en la vida. Hay ciudades que no huelen a nada y me parece triste, pero, en palabras de uno de los personajes, no son ciudades, sino pueblos aspiracionales”. Más en www.somoselespectador.blogspot.com