No hay más egoísmo que regir
en tu reino húmedo de mugidos,
no hay más soberbia que solamente se escuchen tus gritos
en mis oídos,
no hay más riqueza que compartir tu mesa
siendo yo mendigo,
porque la fruta que tu me convidas
es el cielo sin pecado concebido.
Jam
IMÁGENES DE CORTESÍA