viernes, 16 de diciembre de 2016

LA SOMBRA








Al despertar de un sueño, buscas 
Tu juventud, como si fuera el cuerpo 
Del camarada que durmiese 
A tu lado y que al alba no encuentras. 

Ausencia conocida, nueva siempre, 
Con la cual no te hallas. Y aunque acaso 
Hoy tú seas más de lo que era 
El mozo ido, todavía 

Sin voz le llamas, cuántas veces; 
Olvidado que de su mocedad se alimentaba 
Aquella pena aguda, la conciencia 
De tu vivir de ayer. Ahora, 

Ida también, es sólo 
Un vago malestar, una inconsciencia 
Acallando el pasado, dejando indiferente 
Al otro que tú eres, sin pena, sin alivio.


LUIS CERNUDA