La mañana es un pasado fresco
que se hizo historia
ante la noche que ha visto tus ojos
en la penumbra sorda,
del sentir intenso,
que se suple con el brillo de tus ojos.
Y ahí desnuda,
cual transparente es el sentimiento,
que es olla ardiente que cocinan tus labios,
y provoca el olor incesante,
de la terminación del punto culminante,
del fluido de nuestro deseo.
Después, de nuevo la mañana;
que nos alumbra el sueño de lo cierto,
como un veneno compartido.
jam.
poema.