ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Los medios tradicionales de
comunicación, son los únicos que con empeño y creatividad, hubieran podido
salir beneficiados ante el encierro prescrito o preventivo, producto de esta
pandemia. En contrario; la corrupción hospedada en el personal de las
radiodifusoras y televisoras, y la falta de conocimiento y aprecio por el ramo,
por parte de los dueños de las empresas y los concesionarios, así como los
apegos convulsivos a nuevas formas de comunicación; no solamente dejaron
esfumarse esta oportunidad sino que
terminaron por darle el tiro de gracia a la comunicación electrónica
convencional. Mientras que la radio, únicamente hace uso efectivo en contenido
hablado, de los horarios matutinos y de
las dos y seis de la tarde, -con el argumento de encontrarse en quiebra-; por
su parte la televisión se envenena con producciones excrementicias, con
expertas en la materia como Magda Rodríguez, que al igual que en la adaptación
literaria de los Shelley, parece que
todo lo que toca lo convierte en
deyecciones que no son precisamente
del metal oro. En el caso de la televisión, existen parásitos que
exprimen el presupuesto otorgado por el mal manejo del consecionario que no
sabe nada de comunicación como lo sabían sus ascendientes, y que los engañan
con la idea de que el recurso económico es la única forma de obtener proyectos
exitosos, que de ser así; el cantante Emmanuel con el tema "Toda la
Vida" hubiera podido igualar el dinamismo y aceptación que obtuvo el
cantante Franco con el tema musical que les dividió Lucio Dalla.
Independientemente del dolo con que se arman nefastas programaciones de radio y
de televisión como un plan de sometimiento masivo a base de la inútil
elaboración de ideas por parte del receptor, y de la situación real de menores ingresos económicos ante la
clausura de desvíos públicos para el sector empresarial, la falta de
efectividad de la dádiva corrupta, llamada payola, y de que el chayote ya no
llega por parte del gobierno; también ha sido la falta de talento, el abuso en
los padrinazgos, la falta de credibilidad y de no evolución de acuerdo a las necesidades del
espectador, lo que han terminado con el apego a los medios tradicionales para
el ancho de la población que puede tener en sus manos, otras posibilidades, y
lo que se traduce en la venta de la XEW por parte del monopolio mediático o el
crecimiento de producciones fuera del control de los oligarcas, pero que no se
traduce en progreso en el entretenimiento
o en la información electrónica, sino
que se traduce en una imitación
corporativa. Los supuestos genios de la televisión que han sido alcanzados y
hasta superados por producciones televisivas locales de Guadalajara y Monterrey, de las cuales
tanto minimizaban , y que ahora han tenido que respetarlas, ahora son
auténticos refugiados, de un canal
direccionado a los vicios del pasado como lo es Canal Mexiquense; y han tenido que fingir la obtención de altas
audiencias con el fin de engañar a sus
patrones, con lo que también tienen que
encerrarse en una esfera de fantasía,
que era en donde antes, encerraban a los televidentes.
Los chayoteros y cónyuges de la acreditación domada, con
amplia carrera en la corrupción corporativa y en el sometimiento informativo al
compás de una moneda de cambio; están descontrolados en ataques para los que
vemos al periodismo de otra manera; por lo que no han hecho caso a los consejos
del Presidente de la República para
serenarse, ante su enojo de haber apostado su dignidad por la ganancia
económica, y ahora no contar con ninguna de las dos cosas. Aquellos que
consideraban a la prostitución informativa como una conducta normal y
cotidiana, con la apuesta en un futuro sin prestigio ni credibilidad; pero sí
en un futuro de comodidades que les permitiría vivir con su deshonra; se están derrumbando ante los cambios en el país, que bloquean la meta en su camino corrupto, y
que los delata como dueños de una vida
profesional miserable. Ellos no contaban con el cambio radical en el estilo de
gobernar del lópezobradorismo, cuyo plan, no solamente está basado en un cambio
económico y político sino también ético, mismo que choca con la falta de
honestidad, -que tenían como costumbre-, y sí encuentra un punto de
coincidencia, con los que pensamos que el periodismo, no es un escribano por un
cheque al portador, sino que más bien
es, un pensamiento vocacional y autónomo. Los bandos nos hemos confrontado por
propia naturaleza, y hay quienes lo vemos como una simple diferencia
periodística y de ejercicio profesional, pero otros, han disfrazado de enojo su
derrota moral con ellos mismos, así como la miseria de su intelectualidad, de
su profesionalismo, de su ejercicio informativo, de su credibilidad, y ahora
también, de su cartera.