ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Parecía que el poder ejecutivo
que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador, iba a ser escuchado por
el legislativo, -desde el año pasado-, para la eliminación de fideicomisos
dentro del presupuesto y cuenta pública de la nación, que únicamente han
servido como operaciones de fuga de
capital y que deben desaparecer de una vez por todas, y que se enlistan
específicamente en un centenar de fondos con malgastos unianuales del dinero público.
Al tratarse de un enlistando de rubros que de eliminarse, ya no podrían llegar
a manos de administradores hampones y como fugas de capital para el país, es
por lo que ha despertado la rabia de los ilicitamente favorecidos, quienes
señalan a los fideicomisos como única alternativa de financiamiento público y
los describen como tesoros de funcionalidad para la ciencia, la tecnología, el
deporte, el arte, la salud, y para
la beneficencia y asistencia social, con
el fin de engañar a la opinión pública, cuando sabemos que los supuestos
beneficios que se advierten, han sido
nulos o ineficaces. En el caso de los fideicomisos dedicados al
periodismo, solamente sirven para mantener a escribanos uniformados a una misma
opinión, al servicio de un plan corporativo antidemocràtico lucrativo. Por lo
que respecta a los fideicomisos para el deporte y el arte, resulta que los
artistas universitarios o independientes , y los deportistas amateurs, no han
visto ni el polvo de una ayuda económica, mientras que las grandes productoras,
los clubes profesionales, asociaciones y hasta compañías lucrativas y siempre
los mismos nombres, son los que cada
año, resultan beneficiados y hasta
construían su fama pública como eruditos autónomos. Respecto a las
investigaciones científicas, tales fideicomisos se extravían, ya que los mínimos apoyos para científicos mexicanos
vienen de particulares para su aprovechamiento comercial, y en su mayoría, de
extranjeros. El fideicomiso destinado para catástrofes naturales, es totalmente
desconocido por los damnificados de cada año en Oaxaca, Baja California,
Veracruz, Yucatán o Guerrero, y ni los vieron pasar los damnificados de los
terremotos que aún con la ayuda
internacional nunca recibieron un auxilio efectivo de tan
"bendecidos" fideicomisos, ni de la construcción de un programa
práctico, que evite que un fenómeno natural se vuelva constantemente en
tragedia y en una caja chica de ladrones
oportunistas. Y así como estas fugas de
capital constituidas en fideicomisos en donde se han marcado para su
desaparición, solamente 104 con el fin de
fomentar programas de asistencia sin intermediarios y con beneficios de
propia mano, así también existen otros
vicios que deben enterrarse de una vez por todas, y más ahora en una situación
de emergencia para el país debido a la pandemia del coronavirus, en donde el gobierno Lópezobradorista, ni ha recurrido
al endeudamiento ni se ha presentado una devaluación catastrófica de nuestra
moneda. El plan eliminador de los malsanos fideicomisos debe proseguir, con
todo y que los aprovechados de estas
delicias de la corrupción, y que se autonombran intelectuales, deportistas,
genios del arte, altruistas, feministas, misioneros en favor de los niños
enfermos de cáncer y de las damas de tacones altos; traten de confundir a la
nación y realicen desplegados o
protestas que están encabezadas por nombres de notoria mala reputación, y que
se dirigen a sus manipulados cautivos, que ahora pueden pensar que dichos
fideicomisos eran la base de anteriores gobiernos, para hacer de México, un
país de avanzada, con sus necesidades; bien solucionadas, y con demasía de
éxitos periodísticos, artísticos,,
científicos y altruistas , producto de un excelente modelo económico y planes
financieros; y que son los mismos que piensan que la película "Roma",
es una joya de la historia del arte universal y referente de nuestro país en el
mundo. Jajà.
Cualquier punto de vista que se expresa en estos días, de
manera inmediata se califica como lópezobradorista o como antilópezobradorista.
De las cosas que más he criticado del actual Presidente del país, fue que cuando
era Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, aseguró que se autodescartaba para
contender por la presidencia de la
república, -y aunque nunca prometió retirarse de la política del país-, no sólo compitió en la contienda
presidencial, sino que hasta ganó tres
de las elecciones, pero dos le fueron
fraudulentamente arrebatadas, aunque sus candidaturas del 2012 y del 2018 son harina de otro costal. La palabra de honor es la única póliza de
garantía que tiene una persona; en el cartón que aquí
muestro y que realicé y publiqué
hace más de un año, expuse mi duda
fundada del dicho del excandidato presidencial paniprdoportunista, Ricardo
Anaya, quien juraba, -al igual que ahora
lo hace Felipe Calderón cuando asegura
que no sabía de las atrocidades de Genaro García Luna-, que daba por concluida su vida política para
dedicarse totalmente a la Academia, pero el malnacido, aún sin fuerza moral ni
política, ha regresado para ser el mensajero del golpeteo antiprogresista con
la misma desfachatez y ambición vulgar,
con la que hasta se humilló en ponerse la chamarra del partido, del cual fue fundador su propio rival, con
tal de ganar más votos a toda costa y poder engañar a despistados ideológicos;
pero ni eso pudo lograr que el Canallín
bilingüe y supuestamente
"genio", obtuviera su sueño de
crucificar al país, siendo Presidente.
Así terminan después de las marchas capitalinas que son
realizadas por provocadores, los terribles "granaderos" que dicen no
fueron desaparecidos por Claudia Sheinbaum, y que sólo sí son distinguidos
entre otros cuerpos policíacos, por
aquellos que arbitrariamente fueron víctimas de sus macanazos en el
pasado, justo con las armas que ahora ya
no portan, sin que esto signifique que la policía de la capital del país, haya
quedado limpia y fuera de corrupciones y mafias ocultas, en base a lo que fue
entrenada por el gobierno mancerista.