sábado, 10 de octubre de 2020

HIPERPRESIDENCIALISMO Josè Angel Martìnez Jimènez

 





ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- El  híperpresidencialismo en México ha sido el pico de la pirámide para el fortalecimiento del gobierno corrupto que se desparrama como modelo permitido para el país; por tal razón es de enorme relevancia, la iniciativa de ley realizada por el propio mandatario constitucional al Congreso, en donde Andrés Manuel López Obrador ha propuesto romper la inimputabilidad  presidencial para diferentes acciones delictuosas. La iniciativa legislativa del  actual mandatario, trata un punto más profundo de lo que analistas han confundido con la abolición del fuero o la ampliación acusatoria para un Presidente; lo profundo consiste en responsabilizar políticamente y penalmente al titular del ejecutivo federal del fraude electoral como plan de Estado, -aunado a que  dicho delito se ha reformado para  ser considerado como grave y sin beneficio de libertad provisional-, modificaciones a la constitución, que tuvieron que nacer del propio ejecutivo federal ante un poder legislativo pasmado ante las reacciones evolucionistas y legítimas del lópezobradorismo, y   a que por otro lado, no renuncian a la tentación de atacar con autoritarismo los propios excesos y acciones tramposas de los panistas, de los calderonistas y de los propios debilitados priístas,  que en vez de ser resistentes deberían estar encarcelados. Con ésto, el Presidente López, ante el propio recinto que lo desaforó de manera injustificada cuando era Jefe de Gobierno del Distrito federal, dejará constancia y marca en  la carta magna, que  por su paso actual  en la presidencia, ya culmina su revolución electorera, para dar comienzo, a un movimiento de convicción ética y moral, que pudiera llevarlo a  culminar su objetivo de la transformación de la vida pública del país y motivar al resto de los elementos,  a que puedan provocar una evolución para la nación. Mientras tanto y por otro lado, la resistencia del pandillerismo empresarial, de los amos de los medios de comunicación y de los pillos de la política priprdpanista, resulta grotesca, obvia  y desactualizada