ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- regularmente las tragedias se
encargan de marcar épocas, y así como el terremoto ocurrido en México en 1985,
revivió a la radio "hablada" que había sido dominada por la radio
musical; de la misma manera, ahora la
pandemia del Covid19 en nuestro país, parece comenzar la agonía de la radio y
de la televisión en sus actividades potenciales por el predominio del internet,
que está dando el tiro de gracia a los medios de comunicación tradicionales,
aún con la falta de aparatos receptores prácticos y más económicos para su
captación, como lo son un radio o un televisor,
pero que cada vez más lo son, los
teléfonos y algunas computadoras móviles
equivalentes, laptops y tablets.
A diferencia de la radio; el uso del internet no es solamente un medio de
comunicación masivo, sino que también se ha convertido en un medio de operación
humana indispensable, sin importar la vergonzosa desigualdad social , en donde
de 126 millones de habitantes en nuestro país, solamente 74.3 millones tienen
acceso a internet, cuando que por conveniencia manipulativa, es que los
televisores y los aparatos de radio,
fueron proporcionados con mayor rapidez a la población y muchas veces hasta de
forma gratuita o en concursos disfrazados en la programación de los propios
medios en cuestión. Los medios convencionales además de estar superados,
también han determinado, poco a poco
suicidarse, al buscar una dependencia cada vez mayor del internet y no
salvar con originalidad su vida propia, por lo que para el caso de la radio, se
ha renunciado irresponsablemente a cumplir con el derecho a la información y de
informar, al eliminar espacios noticiosos que deben sujetarse a horarios
tradicionales sobre la jornada de cada
día, y al desaparecerlos también, en los días sábados y domingos,
incluso por parte de las estaciones, que son manejadas por el Estado, y en
donde solamente Grupo Fórmula se ha sostenido con cierta vida informativa, mezclada con intereses de resistencia
políticaempresarial. Por otra parte, se han enmudecido de manera ilegal,
frecuencias como Radio Centro, Radio Red, Formato21 y Radio13, y se han
producido fusiones e intercambios de otras frecuencias, sin que haya existido
el procedimiento que marca la legislación de comunicaciones. También se ha dado
por terminada, la armonía que existía entre el micrófono y el teléfono, que
hacía que el radioescucha se volviera radioparticipante, y en donde al
intervenir solamente el internet, se ha silenciado a las voces que carecen
hasta de lo más indispensable, mucho más de la red informática para interactuar.
La razón por la cual se ha dejado morir a la radio mexicana, radica principalmente en la ineficiencia, pero
también en la confrontación entre los concesionarios que ya no reciben fuertes
cantidades de recursos públicos, y que
están en contra del nuevo gobierno antineoliberalista; situación que ha traído
como resultado, la difícil manutención de las estaciones de radio, al ya no
contar con la vocación, ni con ingresos
millonarios derivados de acciones de corrupción y pactos que se hacían entre gobernantes
pagadores de alabos y de silencios, con periodistas serviles y a modo. Por otra
parte, los comunicadores de los medios tradicionales se han tenido que hospedar
en los espacios de internet -que al principio tanto criticaban y devaluaban,-
ante el desempleo y su escasa audiencia,
como consecuencia de la falta de credibilidad con quienes los escuchaban y
quienes se dieron cuenta que vivían una
realidad diferente a la que los "expertos en la comunicación",
querían venderles. Televidentes y radioescuchas han tenido que acoplarse a una
actividad de comunicación con falta de profesionalismo y preparación por parte
de quienes la construyen y exponen, a
base de una línea divisoria de lo real y
de lo irreal, que es casi invisible; en
donde la mayoría de los espectadores se han convertido en una manada
incontrolable de pensamientos flojos que están sujetos a imágenes
repetitivas y a palabras limitadas con
pobreza en el lenguaje, pero siempre en búsqueda de un concepto definido que ya
no le satisface, ni la radio ni la
televisión, pero que hasta ahora, tampoco lo encuentra a plenitud en su atadura
mental al internet, al buscar información y
al final resultar informando; ni
para quien busca entretenimiento,
y que termina siendo un bufón público y su propio entretenedor en su enlace por
tik tok.