ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO - Cuando se hizo del conocimiento
de la población mundial, el invento de la imprenta, ésta ya estaba controlada, porque desde un
principio se midieron sus grandes alcances, por lo que se les ordenó a los talleres,
la elaboración de libros religiosos antes que los científicos, y al
perfeccionarse tal invento adjudicado a Johannes Gutenberg, primero fue
prohibido y después controlado a base de
inspecciones de Estado. Las calamidades de la censura siempre han estado
presentes, tal y como nuestro país, lo vivió con mayor intensidad en la época
de la lucha de independencia y en la dictadura presidencialista hasta el
sexenio de Salinas de Gortari, quien debilitó por completo la preparación
informativa para comenzar a sembrar voceros sin estudios de ninguna especie
pero bien pagados y al servicio de su gobierno, ante el plan de debilitar al
Estado y limitarlo en sus funciones jurídicas y económicas, con el fin de
procurar la tutela de la esfera empresarial abusiva y con intereses de
enriquecimiento y no patrióticos. A diferencia de los medios de comunicación
que se tenían en nuestro país en la matanza estudiantil del mes de octubre, de
la cual se cumplen cincuenta y dos años; ahora se cuenta con la rapidez
tecnológica que no puede impedir la imagen y el sonido de un acontecimiento en el mismo instante en
que ocurre, y que puede ser difundido
por cualquier individuo que tenga un dispositivo con internet en vez del respaldo de un medio informativo y
una unidad de control remoto; por lo que la comunicación se ha vuelto más
variada y constante y difícil de
ocultar. Tales características de la nuevas formas de comunicación, han
debilitado a los regímenes dictatoriales por más que en sus territorios han
prohibido o recortado el internet, también han exhibido los fraudes que como en el caso de nuestro país,
habían mantenido una puesta en escena electoral
perfecta, en donde cada seis años se abrían elecciones con un presidente
impuesto, en un principio por su antecesor y años después, por los hombres de
empresa que se apropiaron del país. Ahora el neoliberalismo se tambalea
gravemente en toda América Latina, incluyendo a
Estados Unidos y al propio México ante
la llegada por primera vez, de manera
democrática y sin vicios del consentimiento, de su actual Presidente de la República. Sin embargo la
censura informativa y de opinión pública, como forma funcional de los
gobiernos, ha sido sustituida por la manipulación basada en
ediciones uniformes, en donde existen más medios informativos pero no
variación de los mismos, y en donde los medios no tradicionales, tratan de ser
frenados por una provocada tormenta de
noticias inexactas y falsas, y hasta
orquestadas por las grandes empresas informativas que han
sido exhibidas como mentirosas, al igual
que sus propios informadores que
presumían ser fuentes confiables. En
1968, el presidente de México, atacaba y controlaba a la prensa, hoy a veinte años de estrenar este siglo XXI, y con un poco
más de dos años de que por primera vez en la historia de nuestro país, se tenga un gobierno antineoliberal y
progresista; la estrategia
censuradora se ha intercambiado por la manipulación masiva como autoría de
quienes luchan por la recuperación
de privilegios ilícitios, y cuyo plan
llega a ser fértil ante una Educación pública ineficiente y la falta de capacidad
de análisis que por años implantaron los neoconquistadores antiprogresistas y dueños del mercado financiero, pero cuya desventaja
manipuladora, es la confrontación vivencial que a diario tiene la población,
entre la realidad cotidiana y el consejo
informativo, situación que fue captada y asimilada en el 2018 por treinta
millones de votantes, quienes en un
ochenta y dos por ciento, ratificarían su voto y piensan manifestarlo en una
consulta ciudadana de revocación del mandato, situaciones que ni en sueño se
tenían en ese día sangriento de
octubre del 68, cuyo luto nacional fue
atiborrado con la celebración de los XIX Juegos Olímpicos en nuestro propio
territorio, y con narraciones eufóricas por parte de los comentaristas de
televisión.