sábado, 10 de octubre de 2020

SEGUN HOMBRES DE NEGOCIOS Josè Angel Martìnez

 





ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Los supuestos empresarios, que son saqueadores disfrazados de hombres de negocios, y que tanto hablan de la eficacia operativa o sino la renuncia de quién resulte inútil; ahora  van de la exigencia hasta la súplica, para que el gobierno les brinde préstamos a base de deuda pública y aplazamientos fiscales, a quienes se les había olvidado pagar impuestos por políticas neoliberales. Aquellos que calificaban a los programas sociales -(que ahora son copiados hasta por los Estados Unidos)-, como una sobreprotección de quién apodaban "papá gobierno" para descalificar sus verdaderas funciones  y razón de Estado, ahora se olvidan de la independencia comercial, pese a tratarse de grupos con acciones monopólicas, reunidos en una asociación de delincuentes de cuello blanco, que han denominado: COPARMEX, mayor causante del subempleo más que del empleo en México. El apetito acaparador voraz, en tiempos de crisis y de tragedias, como la que  estamos viviendo con el COVID-19,  y que nace de manera incontenible del mal llamado sector empresarial, es una hambre que disfrazan como una vocación de protección al empleo, que no es más que su deseo de control de riqueza,  y que se estampa ante la política social del actual gobierno, que se inclina por la microempresa y el sector pobre a quienes les han brindado, una serie de programas sociales, como convicción de un nuevo modelo económico y no como una lucha social ganada, en donde la base del proyecto, es el pago en efectivo, por lo que burla las barreras de la manipulación partidista, de las asociaciones y fundaciones fantasmas y de contramoral, y de los intermediarios parásitos de las necesidades humanas. Aquellos que tajantemente argumentaban, que la autosuficiencia económica radica en el esfuerzo y no en la petición al gobierno; ahora se arrastran al suplicar manutención y protección a falta de estrategias competitivas por sus costumbres monopólicas, con el reparto de la riqueza nacional en particulares abusivos. Los supuestos líderes empresariales, han comenzado a dar chillidos de perversidad y avaricia, de viva voz o mediante sus voceros con micrófono,  a diferencia de los verdaderos emprendedores del arte o del periodismo independiente, que siempre han encontrado salidas y soluciones propias, así como los millones de mexicanos pobres, que han vivido en contingencia permanente desde hace más de cuarenta años y sin apoyos fiscales, pero que ahora cuentan con un gobierno democrático que tiene la alta responsabilidad de ser eficaz, aunque ya no sea corrupto.