ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Los comentarios resultan llenos
de rabia; por parte de aquellos que quisieran habláramos mal del actual
gobierno como hablamos de los anteriores, como si en vez de tratarse de un
análisis, fuera un deporte olímpico, para
aquellos que también acusaban que el periodismo crítico, era una estrategia
para ganar audiencia, y que ahora son ellos
los que desesperadamente critican al gobierno, pero con falta de
argumentos que los hacen caer en groserías, noticias falsas, rumores y
manipulaciones como un deseo de que la transformación gubernamental fuera una
decepción, cuando ha resultado efectiva. Así como el COVID-19, no es una
enfermedad que únicamente la pueden contraer los ricos; de igual manera, la necesidad impetuosa de que se estén
efectuando cambios radicales y anticorruptelas en el gobierno mexicano; no es
un anhelo y acción, únicamente de pobres. Sin embargo, debemos reconocer que al
igual que casi todas las revoluciones del mundo, de igual forma, el cambio de
gobierno en México se está consiguiendo con una lucha de clases, entre
corruptos y calcamentes del psicoapoderamiento
neoliberal y entre los que por convicción, repelan al golpismo mediático
del grupo amafiado empresarial, que tenía el dominio en el gobierno con su
acción de saqueo, en donde soltaban migajas a quienes tenían revistas y
periódicos serviles, a los que tenían privilegios en el ejército, a quienes
aspiraban a un cargo politicofraudulento y al subsidio para sus negocios; y que
debido al nuevo gobierno lopezobradorista, ya no tienen dinero sobrante para
lavar la alberca, sus hijos ya no pueden agarrar hueso, la esposa ya no puede
acudir a las comidas de sus fundaciones, cámaras y asociaciones fantasmas, en
donde se podían retratar con el presidente en turno. Y es que en esta barrida
anticorrupción, han sido perjudicadas,
hasta las amantes o prostitutas que recibían su cheque del mal funcionario
público; lo que ahora las hace protestar
en las calles, hasta con chalecos amarillos. Aquellos corruptos luchadores,
nacionales e internacionales; que se aprovechaban de las desgracias del país,
como la que ahora nos embarga con la pandemia del coronavirus; tan sólo les
queda, implorar la exclusión fiscal empresarial y la petición de un
endeudamiento público, pero se topan con la congruencia basada en el principio,
de que por el bien de todos; primero los pobres, que es la razón por la cual
votaron, millones de mexicanos, y que tiene en descontento, a la clase corrupta
que abarca, desde al mediocre cantantillo que se veía favorecido al participar
en los lujosos eventos musicales del partido electorero -ya liquidado-, hasta
al socio favorecido por un concurso de licitud inútil, con recursos públicos
para arcas privadas; y de todos aquellos mecanismos de un modelo para
empobrecer al pueblo y que está, democráticamente fracasado.