sábado, 10 de octubre de 2020

QUE LE VAYA MAL AL GOBIERNO Josè Angel Martìnez Jimènez

 







ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Los comentarios resultan llenos de rabia; por parte de aquellos que quisieran habláramos mal del actual gobierno como hablamos de los anteriores, como si en vez de tratarse de un análisis,  fuera un deporte olímpico, para aquellos que también acusaban que el periodismo crítico, era una estrategia para ganar audiencia, y que ahora son ellos  los que desesperadamente critican al gobierno, pero con falta de argumentos que los hacen caer en groserías, noticias falsas, rumores y manipulaciones como un deseo de que la transformación gubernamental fuera una decepción, cuando ha resultado efectiva. Así como el COVID-19, no es una enfermedad que únicamente la pueden contraer los ricos; de igual manera,  la necesidad impetuosa de que se estén efectuando cambios radicales y anticorruptelas en el gobierno mexicano; no es un anhelo y acción, únicamente de pobres. Sin embargo, debemos reconocer que al igual que casi todas las revoluciones del mundo, de igual forma, el cambio de gobierno en México se está consiguiendo con una lucha de clases, entre corruptos y calcamentes del psicoapoderamiento  neoliberal y entre los que por convicción, repelan al golpismo mediático del grupo amafiado empresarial, que tenía el dominio en el gobierno con su acción de saqueo, en donde soltaban migajas a quienes tenían revistas y periódicos serviles, a los que tenían privilegios en el ejército, a quienes aspiraban a un cargo politicofraudulento y al subsidio para sus negocios; y que debido al nuevo gobierno lopezobradorista, ya no tienen dinero sobrante para lavar la alberca, sus hijos ya no pueden agarrar hueso, la esposa ya no puede acudir a las comidas de sus fundaciones, cámaras y asociaciones fantasmas, en donde se podían retratar con el presidente en turno. Y es que en esta barrida anticorrupción, han  sido perjudicadas, hasta las amantes o prostitutas que recibían su cheque del mal funcionario público; lo que ahora las hace  protestar en las calles, hasta con chalecos amarillos. Aquellos corruptos luchadores, nacionales e internacionales; que se aprovechaban de las desgracias del país, como la que ahora nos embarga con la pandemia del coronavirus; tan sólo les queda, implorar la exclusión fiscal empresarial y la petición de un endeudamiento público, pero se topan con la congruencia basada en el principio, de que por el bien de todos; primero los pobres, que es la razón por la cual votaron, millones de mexicanos, y que tiene en descontento, a la clase corrupta que abarca, desde al mediocre cantantillo que se veía favorecido al participar en los lujosos eventos musicales del partido electorero -ya liquidado-, hasta al socio favorecido por un concurso de licitud inútil, con recursos públicos para arcas privadas; y de todos aquellos mecanismos de un modelo para empobrecer al pueblo y que está, democráticamente fracasado.