sábado, 10 de octubre de 2020

SEÑOR DOCTOR Josè Angel Martìnez

 














ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Corresponde a la autoridad gubernamental, el buen manejo concesionario de los medios de comunicación en radio y televisión, toda vez que pertenecen a la nación, que tiene el dominio directo de los mismos, por lo que debe actuarse frente a la confrontación que se desprende, entre un catedrático sobreprotágonico como Hugo López-Gatell y quien representando a la autoridad sanitaria, adopta medidas en contra de una pandemia;  y entre un vocero empresarial con una caracterización de periodista como Javier Alatorre, quien ha invitado a no tomar en cuenta, dichas medidas y comunicados. La conducta irresponsable de quien se dice comunicador, debería traer una consecuencia en base a las observaciones de la ley en la materia; y no esperar la reflexión y arrepentimiento envuelto en una disculpa pública, por parte del conductor,  ni de aquellos, que no se sonrojan ante su falta de ética, y que de origen se han apoderado ilícitamente  de  canales de televisión. Ante esta situación, no basta el llamado amigable a la cordura por parte del ejecutivo federal a la línea editorial de TV AZTECA; sino que se requiere la enérgica intervención de la secretaria de Gobernación y el secretario de Comunicaciones y Transportes para sancionar al infractor, con una amonestación o suspensión definitiva, sin que el cumplimiento de la ley, sea un acto censurador sino un cumplimiento legal emergente en tiempos de urgencia sanitaria. De igual forma se esperaría, una manifestación al respecto de lo ocurrido, por parte de aquellas agrupaciones y asociaciones, que se dicen estar compuestas por miembros de la comunicación y que expiden sus propias credenciales, pero que cuya utilidad ante  su falta de moralidad, es igual a las esferas en el árbol navideño.