ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Corresponde a la autoridad
gubernamental, el buen manejo concesionario de los medios de comunicación en
radio y televisión, toda vez que pertenecen a la nación, que tiene el dominio
directo de los mismos, por lo que debe actuarse frente a la confrontación que
se desprende, entre un catedrático sobreprotágonico como Hugo López-Gatell y
quien representando a la autoridad sanitaria, adopta medidas en contra de una
pandemia; y entre un vocero empresarial
con una caracterización de periodista como Javier Alatorre, quien ha invitado a
no tomar en cuenta, dichas medidas y comunicados. La conducta irresponsable de
quien se dice comunicador, debería traer una consecuencia en base a las
observaciones de la ley en la materia; y no esperar la reflexión y
arrepentimiento envuelto en una disculpa pública, por parte del conductor, ni de aquellos, que no se sonrojan ante su
falta de ética, y que de origen se han apoderado ilícitamente de
canales de televisión. Ante esta situación, no basta el llamado amigable
a la cordura por parte del ejecutivo federal a la línea editorial de TV AZTECA;
sino que se requiere la enérgica intervención de la secretaria de Gobernación y
el secretario de Comunicaciones y Transportes para sancionar al infractor, con
una amonestación o suspensión definitiva, sin que el cumplimiento de la ley,
sea un acto censurador sino un cumplimiento legal emergente en tiempos de
urgencia sanitaria. De igual forma se esperaría, una manifestación al respecto
de lo ocurrido, por parte de aquellas agrupaciones y asociaciones, que se dicen
estar compuestas por miembros de la comunicación y que expiden sus propias
credenciales, pero que cuya utilidad ante
su falta de moralidad, es igual a las esferas en el árbol navideño.