sábado, 10 de octubre de 2020

LA DAMA DE LA CDMX Josè Angel Martìnez

 















ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Callados ha dejado Claudia Sheinbaum a los que creían que era una oficialía de partes del Presidente de la República, y no una Jefe de gobierno ligada a un movimiento lópezobradorista pero con sentido de autoridad,  y que simplemente comparte plenamente los conceptos de recuperación de la política pública y el ataque a la corrupción. Sin embargo la situación que enfrenta la CDMX por la herencia del mal gobierno, no se puede igualar con la que vive todo el país; por lo que si  Sheinbaum, durante su mandato no ataca a la impunidad, entonces no podrá tener un buen gobierno,  ni podrá ser calificada como una buena gobernante, y tal limpia gubernamental, no solamente consiste en la revisión y nulidad de proyectos de la anterior administración que hicieron de la capital de la república, un negocio de particulares a costa del servicio público,  principalmente en el sector de  la vivienda, la construcción, en bienes raíces y en contratos policíacos; sino que el mayor golpe a la no evasión de la ley, será que Claudia Sheinbaum,  durante su administración, meta  a la cárcel, de una vez por todas, a los anteriores funcionarios capitalinos  corruptos, empezando por el hoy senador de la república y exjefe capitalino, Miguel Ángel Mancera. Otros aspectos importantes es la seguridad pública como en todo gobierno de cualquier parte del mundo, y  lograr un buen transporte, aunque durante su sexenio no podrá abatir el cáncer heredado del metrobús que por el contrario parece aumentar, pero sí la recuperación del metro, mismo que correctamente ha sostenido en su cuota, lo que  ya implica un gran esfuerzo,  pero que  por otro lado, no  ha podido del todo, ponerlo en orden, y en donde ha permitido una política de desigualdad de género, que también recorre toda la ciudad, con el pretexto de defender el derecho de las mujeres como punto principal, y no el derecho y el trato igualitario y el ataque de la violencia generalizada y no solamente la que agrede a la mujer, tal y como ha dado cátedra de ello, el gobierno del Presidente López Obrador al defender personas y no a determinado sexo.Sheinbaum ha logrado ser una gobernadora cercana, práctica y con mayores aciertos que los gobernantes locales vecinos; ella sabe ganarse simpatías con actos tan simples como  no utilizar la imagen prepotente  o hacer uso del cubrebocas. También ha afrontado de manera correcta, la pandemia del coronavirus, situación que es más reconocida por Alcaldes del extranjero que por los mexicanos, aunque al igual que todos, se ha tenido y se tendrá que seguir basando en determinaciones con prueba y error para asentar el acierto. Aunque la dama de la ciudad, todavía no ha alcanzado los grados de excelencia en la jefatura de gobierno que logró Andrés Manuel López Obrador (y cuyo prestigio lo llevó a la presidencia del país aún con dos fraudes electorales), y que su gobierno puede compararse con el buen desempeño de Ebrard o de Camacho Solís, y que no se puede decir  que su desempeño sea un desastre como lo fue lo realizado por Mancera o  Cuauhtémoc Cárdenas con Rosario Robles,  y que  sobretodo, no ha  sido una corrupta; tampoco se puede afirmar que su toque de gobernar sea hasta el momento, un actuar  extraordinario. Ahora seguramente vendrán más retos para Claudia, como si el control de la pandemia no fuera ya un problema mayor, pero será importante que nazcan  a su alrededor, colaboradores eficaces y que en verdad brillen en su entorno , como lo logró su secretario de seguridad y como lo hace su nuevo secretario de gobierno,  en contraste con la opacidad de su secretaria de salud y su fiscal de justicia. El reto inmediato será alinear  a sus cuerpos policiacos que tienen la mala costumbre de querer cubrir cuotas extras pese a sus aumentos de sueldo y dotarlos de recursos que los dejaron cadavéricos; y el otro reto, será ejecutar programas sociales asistencialistas y sobretodo laborales  que permitan disminuir los grados de violencia de la metrópoli, y que los ciudadanos tengan recursos para allegarse a la salud, a la educación y a la subsistencia; porque lo otro y lo más fácil, sería únicamente continuar con  el plan de austeridad y cobijarse de la imagen presidencial y sacar provecho de una supuesta solidaridad feminista, para aspirar a lograr ser la primera Presidente de México, y dejar pasar la oportunidad histórica, de trascender como la primera mujer que es Jefe de Gobierno, y quizá sí aspirar a la presidencia de la república, pero como una líder fuerte y querida, como lo sería su antecesor y actual Presidente. Por lo pronto, la CDMX no tiene una gobernante corrupta, y para lo que nos ha tocado vivir a los capitalinos  y con lo que viven otros ciudadanos en otras entidades federativas, que hasta aguantan a sus  narcogobers, parece que ya es ganancia.

La libertad de expresión también consiste en el derecho de réplica, en el debate público y no en el control mediático, al cual en el anterior  sistema, se  acostumbró a mantener a supuestos líderes de opinión, a los que un sector teleciudadano  los adoptó como guías del irracionamiento repetitivo. Ahora supuestos informadores e intelectuales  sujetos al titiritero empresarial,  mediante   un desplegado en sus propios periódicos que ya no son mantenidos por el gobierno con el erario público, reclaman libertad de expresión  con la cobardía de no acudir de manera personal a manifestarlo frente al Presidente en sus conferencias matutinas diarias, y lo hacen mediante una supuesta queja ante la opinión pública, que no es más que parte de los golpeteos desesperados para que ya no se cierren las puertas que evitan los abusos empresariales y las dádivas periodísticas como un paisaje costumbrista de la corrupción, lo que representaba un verdadero limitante para la libertad de expresión y procuraba  la concentración de comunicadores encubiertos para la manipulación colectiva y provocar  la falsa percepción ciudadana, situación que sí no ha quedado desarmada, por lo menos sí, desenmascarada.