ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Hace unas horas se declaró la
fase tres sanitaria por el coronavirus en México, y tanto el gobierno federal, los gobiernos
locales y la iniciativa privada; no han tomado medidas inteligentes para el desarrollo de la actividad cotidiana, que
no vayan desde la indiferencia hasta la inútil violación de garantías como en
el caso del gobierno de Jalisco.Mientras voceros sin credibilidad que conducen
noticiarios en televisión, se mordían las uñas
desde la semana pasada, por ser los primeros en anunciar que se decretaría
la fase tres, (y que a mí me habían dicho que sería hasta el 23 de abril), fue
hasta hace unas horas que dicha fase
tres, ya se ha declarado de manera oficial pero sin que se hayan agregado
medidas precautorias anexas, ni que se haya producido una reacción inmediata
respecto a los enlaces de comunicación de la Ciudad de México. El simple
consejo de la aislación de la colectividad, provoca dudas fundadas y también
alimenta la incredulidad de un sector de la población, que perciben esta situación emergente como una serie de ciencia
ficción. La lentitud de las acciones eficaces y el consentimiento de otras que
son imprudentes , pareciera tratarse del cumplimiento de un protocolo
internacional que obliga a los países subdesarrollados a no evitar el descuento de una cifra de
muertos, que no puede ser menor a la que han presentado los países
desarrollados. La buena o mala actuación
gubernamental ante esta pandemia, tendrá que ser calificada hasta finalizada la
crisis que se encuentra en su máxima alarma y en donde se puede presagiar que
se avecina la tragedia más grande que haya vivido nuestro país y de como será rebasado nuestro sistema de salud; por
lo que la responsabilidad de efectuar medidas de precaución extrema contra esta
guerra viral, debe recaer en las acciones ciudadanas e individuales y no sólo
en el accionar del gobierno mexicano quien en plena etapa de postsaqueo de los
otros gobiernos, tiene en el corte de caja de su patrimonio, a un sector salud
en ruinas al igual que su infraestructura de comunicación. A lo anterior,
también debemos agregar la venidera planeación golpista por parte de los grupos
de resistencia, para la recuperación corruptiva de la política y economía neoliberal en el
país y el abuso saqueo empresarial, ante una oportunidad magnífica de tumbar el
gobierno lópezobradorista. Sin una medida exacta de lo que ocurre en México y
en el mundo con el coronavirus, y aunque no veamos tanques de batalla; debemos
estar conscientes que ya ha iniciado la guerra, en donde lo que sí será
visible, son las próximas cifras de cientos de mexicanos muertos.