sábado, 10 de octubre de 2020

FASE TRES Josè Angel Martìnez

 






ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO.- Hace unas horas se declaró la fase tres sanitaria por el coronavirus en México,  y tanto el gobierno federal, los gobiernos locales y la iniciativa privada; no han tomado medidas inteligentes para  el desarrollo de la actividad cotidiana, que no vayan desde la indiferencia hasta la inútil violación de garantías como en el caso del gobierno de Jalisco.Mientras voceros sin credibilidad que conducen noticiarios en televisión, se mordían las uñas  desde la semana pasada, por ser los primeros en anunciar que se decretaría la fase tres, (y que a mí me habían dicho que sería hasta el 23 de abril), fue hasta hace unas horas  que dicha fase tres, ya se ha declarado de manera oficial pero sin que se hayan agregado medidas precautorias anexas, ni que se haya producido una reacción inmediata respecto a los enlaces de comunicación de la Ciudad de México. El simple consejo de la aislación de la colectividad, provoca dudas fundadas y también alimenta la incredulidad de un sector de la población, que perciben esta  situación emergente como una serie de ciencia ficción. La lentitud de las acciones eficaces y el consentimiento de otras que son imprudentes , pareciera tratarse del cumplimiento de un protocolo internacional que obliga a los países subdesarrollados  a no evitar el descuento de una cifra de muertos, que no puede ser menor a la que han presentado los países desarrollados. La buena o mala  actuación gubernamental ante esta pandemia, tendrá que ser calificada hasta finalizada la crisis que se encuentra en su máxima alarma y en donde se puede presagiar que se avecina la tragedia más grande que haya vivido nuestro país y de como  será rebasado nuestro sistema de salud; por lo que la responsabilidad de efectuar medidas de precaución extrema contra esta guerra viral, debe recaer en las acciones ciudadanas e individuales y no sólo en el accionar del gobierno mexicano quien en plena etapa de postsaqueo de los otros gobiernos, tiene en el corte de caja de su patrimonio, a un sector salud en ruinas al igual que su infraestructura de comunicación. A lo anterior, también debemos agregar la venidera planeación golpista por parte de los grupos de resistencia, para la recuperación corruptiva   de la política y economía neoliberal en el país y el abuso saqueo empresarial, ante una oportunidad magnífica de tumbar el gobierno lópezobradorista. Sin una medida exacta de lo que ocurre en México y en el mundo con el coronavirus, y aunque no veamos tanques de batalla; debemos estar conscientes que ya ha iniciado la guerra, en donde lo que sí será visible, son las próximas cifras de cientos de mexicanos  muertos.